Manuel Alejandro Iacona nació el 13 de enero de 1978 en Mar del Plata, Argentina y ya desde temprana edad demostró ser una persona muy curiosa con determinación para la aventura, tanto en sus estudios como en su trayectoria personal. Realizó sus estudios iniciales en la Escuela Primaria N°15 “Domingo Faustino Sarmiento” y luego en la E.N.E.T. N°1 del mismo nombre ingresó para los secundarios pero abandonó, podríamos decir que por amor al mar, a corta edad siguiendo siempre los designios de su espíritu aventurero. Más tarde, completaría su formación académica a través del plan FINES, demostrando así su perseverancia y dedicación.
Su amor por la lectura comenzó a los 8 o 9 años, cuando una bibliotecaria de su colegio le prestó un libro de la serie Elige tu propia aventura. A partir de ese momento, nos cuenta, ya no pudo dejar de leer. "Los libros me llaman, no los elijo, solo pasan", comenta sobre su relación con la lectura, que sigue siendo una constante en su vida. Lee todo lo que llega a sus manos, sea del tema que sea, dejándose guiar por el destino literario que le ha acompañado desde su niñez.
Aunque no se considera escritor, escribe como una forma de catarsis, una necesidad interna de liberar pensamientos y emociones. Sus textos son íntimos, destinados principalmente a amigos, familiares y, en muchas ocasiones, sólo a sí mismo. Para él, escribir es como descargar archivos del Pendrive para hacer espacio en la memoria, un acto liberador que lo ayuda a sentirse más liviano.
De profesión marinero, Alejandro ha dedicado gran parte de su vida al mar, embarcado y actualmente trabajando en el Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo Pesquero (INIDEP). Además, ha obtenido los títulos de marinero, asistente de investigación pesquera y marinero en zona especial. A lo largo de su vida, ha mantenido una sólida relación con su esposa Laura, con quien lleva 28 años casado, y son padres de Maia y Antonella.
Alejandro vive entre dos amores: las olas del mar y las páginas de los libros, en un equilibrio perfecto entre su vocación profesional y su pasión por las letras. Ahora, desde Revista Fuego Eterno, esperamos que también se anime a compartir con el mundo su producción propia.
Obra
Como hemos dicho, la obra de Alejandro es personal y muy intima, solo destinada a unos pocos elegidos en quienes confía. Agradecemos entonces esa misma confianza en nosotros, la que nos permite hacer llegar a nuestros lectores una pluma muy sincera como pocas veces suele darse, pero a la vez imbuida de una profundidad solo comparable con aquellas de su amor primero, el mar.

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