Eduardo Ladislao Holmberg (1852–1937) fue un raro espécimen en la literatura argentina: tan científico como innovador, tan adelantado que muchas veces pasó desapercibido. En este magazine lo reivindicamos como el auténtico arquitecto de la ciencia ficción rioplatense, un tipo que, antes que Asimov soñara con robots, ya se preguntaba si el futuro nos encontraría tan humanos como creemos.
Enseñó Medicina, dirigió el Zoológico porteño, exploró biomas, describió insectos, y, como si fuera poco, escribía cuentos donde la ciencia se mezclaba con lo fantástico. Así, mientras el realismo criollo y la novela gauchesca monopolizaban la escena, Holmberg fue ese solitario adelantado que veía ficciones donde otros veían solo campos y tangos.
Carrera Literaria y Ciencia
Con Viaje maravilloso del señor Nic-Nac (1875), plantó la primera semilla de la “literatura de anticipación” en Argentina. Luego vino Horacio Kalibang o los autómatas (1879), casi una premonición de debates actuales sobre inteligencia artificial. Decenios más tarde, Asimov giraría la mirada hacia robots y ética, pero Holmberg ya lo había hecho, sin prensa ni mayores pretensiones que la de lograr un planteo filosófico de anticipación.
Obra Destacada
- Viaje maravilloso del señor Nic-Nac (1875) – El origen local de la ciencia ficción argentina.
- Horacio Kalibang o los autómatas (1879) – Una mirada inquietante y temprana sobre la inteligencia artificial.
- La bolsa de huesos (1896) – Fantasía, misterio y ciencia en una misma trama.
Comparaciones entre Líderes
Podemos ubicar a Holmberg como el primer destello de ciencia ficción argentina. Detrás llegaron figuras como Leopoldo Lugones, con su desbordante imaginación y Las fuerzas extrañas; y por supuesto Jorge Luis Borges, que convirtió el infinito en laberintos conceptuales. Pero si Borges era un cartógrafo del pensamiento, Holmberg fue el explorador que primero relevó el terreno. Sin Holmberg, la tradición fantástica latinoamericana habría sido otro cuento.
Legado Crítico
Holmberg no tuvo antologías ni homenajes internacionales en su momento. Hoy lo reivindicamos porque su imaginación no era regional: era global y redescubrirlo es desafiar esas narrativas anglo y eurocéntricas que marginan lo autóctono. En Revista Fuego Eterno defendemos que la ciencia ficción argentina y latinoamericana nació con armas propias, de la mano de grandes visionarios, que como Holmberg, supieron esgrimirlas con maestría.
Sitios de Interés
- Página de Wikipedia sobre Eduardo L. Holmberg, con un repaso biográfico y bibliográfico exhaustivo.

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